Prácticas recomendadas para prevenir el fraude

Descubre cómo usar las prácticas recomendadas para evitar disputas y pagos fraudulentos.

Crear una estrategia eficaz de prevención de fraude y disputas que se adapte mejor a tu empresa puede ayudar a que no haya fraudes. Si incluyes algunas de estas prácticas recomendadas en tu estrategia general, podrás evitar el exceso de contracargos, y reducir la carga y las pérdidas potenciales del cliente.

Herramientas para todo el mundo

Estas son las herramientas que cualquier usuario puede aprovechar para reducir las disputas y los fraudes.

Procurar tener una relación clara y transparente con los clientes

Establecer un contacto claro y frecuente con los clientes puede ayudarte a prevenir muchos de los motivos de disputa. Si das respuesta a los problemas, emites rembolsos y procesas pedidos de reemplazo con rapidez, es mucho menos probable que tus clientes se tomen la molestia de disputar un pago. Haz que la información de contacto de tu servicio al cliente sea fácil de encontrar, mantén a los clientes informados durante todo el proceso del pedido y envía novedades sobre la entrega.

Advertencia: Incluye una descripción clara de tus políticas de cancelaciones y rembolsos en las Condiciones de uso. Puedes pedirles a tus usuarios que acepten las Condiciones de uso para aumentar la probabilidad de que los emisores de tarjetas respeten tus políticas en caso de que se presente una disputa.

Considerar el rembolso proactivo de los pagos sospechosos

Debes reembolsar de inmediato los pagos que sepas con certeza que son fraudulentos (a menos que cuentes con la cobertura de algún tipo de transferencia de responsabilidad, como ocurre con 3D Secure). Si sabes que se iniciará una disputa por fraude por algún pago, puedes evitar la comisión por disputa, el aumento de tu tasa de disputas y la posible pérdida del producto mediante el reembolso completo del pago fraudulento.

Advertencia: Si bien los clientes no pueden disputar los pagos rembolsados por completo, sí pueden disputar aquellos rembolsados de manera parcial. Las normas de las redes de tarjetas incluso permiten que un pago que se rembolsó de manera parcial se dispute por el importe total.

Sin embargo, en ocasiones puede suceder que sospeches que un pago es fraudulento, pero que no tengas certeza absoluta al respecto. En algunos casos, conviene tomar una medida drástica y rembolsar todos los cargos que se encuentren en esta área gris y, a veces, no es conveniente.

Es recomendable implementar una estrategia agresiva de rembolso en los siguientes casos:

Si ninguna de las situaciones anteriores se aplica a tu caso, quizás te convenga ser más prudente con respecto a la frecuencia con la que rembolsas de manera proactiva cargos que sospechas que son fraudulentos.

Demorar el envío de pedidos

Si envías bienes tangibles, evalúa la posibilidad de demorar el envío de 24 a 48 horas. Este plazo dará a los titulares de tarjetas la posibilidad de detectar fraude en sus cuentas y denunciarlo. A pesar de que en este caso la disputa por fraude aún tendría lugar, al menos no perderías la mercadería. No obstante, no todos los titulares de tarjetas revisan sus extractos bancarios a diario, y es posible que el banco emisor no tome la iniciativa de notificarlos sobre la transacción.

Los clientes que solicitan un envío rápido o nocturno se deben considerar de mayor riesgo, ya que el costo elevado de estos servicios es irrelevante para los estafadores. Una táctica que puedes usar para identificar pagos de este tipo consiste en ofrecer el envío en el mismo día o durante la noche a un costo muy alto, incluso más caro que cualquier otra opción de envío que ofreces.

Es mucho menos probable que un cliente legítimo pague un costo tan alto. En cambio, a un estafador no le importa el costo adicional: solo desea que los productos se envíen lo antes posible. Puedes revisar de manera manual qué clientes eligen la opción de envío insólitamente cara y verificar sus pedidos en detalle para determinar si parecen genuinos.

Hacer envíos a direcciones verificadas

La opción más segura es hacer envíos a una dirección de facturación verificada que pasó los controles de código postal y dirección física. Si usas una dirección que no está verificada y más adelante se disputa el pago, no podrás demostrar que el pedido se envió al titular legítimo de la tarjeta.

Puedes igualmente hacer envíos a otras direcciones, pero debes tomar todos los recaudos necesarios para mitigar los riesgos que esto conlleva. Por ejemplo, puedes optar por enviar pedidos a una dirección diferente solo si se trata de clientes recurrentes que ya sabes que son legítimos o que proporcionan una dirección de facturación completamente verificable. Además, debes prestar atención a los siguientes indicadores de pagos sospechosos:

Revisar el pedido y la dirección de envío puede ayudarte a determinar si el pedido supone o no un riesgo inaceptable para ti.