Según la Asociación Nacional de Cámaras de Compensación Automatizadas (NACHA), solo se permiten tres motivos para disputar un cargo de débito directo ACH como cliente:
la transacción nunca se autorizó o se revocó la autorización;
la transacción se procesó en una fecha anterior a la autorización (cualquier día posterior es aceptable);
la transacción es por un importe diferente al que fue autorizado.
A diferencia de las disputas con tarjeta de crédito, todas las disputas con Débito directo ACH son definitivas y no hay proceso de apelación. Si un cliente impugna con éxito un pago, debe trabajar con él directamente para resolver la situación.